Fernando Girón es un músico en alguna medida dentro de su cabeza. Esta disciplina convive con la inquietud de tantas cosas que acaba siendo el Krakatoa antes de su erupción. Un día se puede levantar queriendo escribir una obra de teatro, y después de comer pretende regrabar el disco “Meet the Rhythmn section” de Art Pepper. Por tanto si dibujásemos su cabeza de alguna manera, podría parecerse al momento de los cataclismos antes de que los dinosaurios desapareciesen.  

A diario, el mundo interno de Fer lo habitan diferentes inquilinos. Esto genera un triángulo de decisión entre El azar, los habitantes y Fer. Si nos centramos en la faceta musical: Fernando comienza de una forma reflexiva y recursiva a la edad aproximada de unos 15 años. Aunque le atrae el mundo autodidacta alemán, entiende la necesidad del mundo académico. Fer prefiere que le cuenten cómo funciona el entramado de la música. Una de las consecuencias es la cantidad de apuntes, libros, grabaciones, etc que acaba almacenando. Solo espera que no se monte el revuelo como con los manuscritos de Kafka.  

Estudia en el conservatorio de Arganda del Rey, Escuela de música Creativa, Berklee y Musician Institute. Ha recibido conocimientos de una gran cantidad de profesores, tanto bis a bis, como incluido en un colectivo de estudiantes: Scott Henderson, Jaime Iglesias, Greg Howe, Sid Jacobs, David Fiuczynski, Dave Hill, Phrasant Aswani, Jeff Kollman, Jean Marc Belkadi, Wayne Krantz, Jerry Bergonzi, Larry Carlton, Pat Martino, Jaime Iglesias, Manolo Mené, etc.

El aprendizaje de Fer se debe considerar una línea recta rellena de las viñetas del comic de su vida. Cuestiones laborales, domésticas, física, etc conviven con la necesidad del estudio. Esa línea acabará el día que se acabe el comic.

Si pasamos a su inquietud musical surgen dos líneas: Cuando Fer toca para otros artistas, y cuanfo Fer, defiende su propia expresión musical con más o menos heoricidad. En el primer caso podemos nombrar alguno de los artistas con los que de alguna manera se ha relacionado musicalmente como son: Antonio Cuenca, David Villanueva, Carlos Baute, Carlos Tarque, Javier Vargas, Alex Ubago, Neus Ferri, Huecco, La Guardia, Amparo Llanos (Dover), The Garb (El mono Burgos), The Suns -> The Moondays -> The Rebels, Jorge Gonzalez, Maika, Alazán, Chunguitos, Javi Mota, Paco Arrojo, Nerea Bruixa, … estos son los artistas que el recuerdo alcanza. Quizás habrá más artista con lo que ha tocado, pero su memoria no los vislumbra, lo cual sería interesante saber porqué no los quiere invocar.

Con respecto al lado personal de la música. Hay que decir, que Fernando se encuentra siempre envuelto en una tormenta de quehaceres de supervivencia. Esto ha hecho que hasta este momento , apoyado y empujado por sus más cercanos apóstoles, le han invitado a dar forma a muchas canciones que comienzan en su cabeza. Esos temas serán englobados por el título: “the ÜberMessenger”, y donde podremos escuchar piezas con títulos como “Too much time”, “Kleopatra´s”, “The Red Bay”, “L´Historie du Principe Konstantin”, etc. dentro de un estilo Jazz, Funk, etc.

La influencia musical de Fer es muy sectarea, nada ecléctica y muy concreta. A Fernando solo le interesa los estilos que se digan con una “A” así son: Jazz, Funk, Punk y Ska y en otro orden el Flamenco, Clásico y el Blues. Siempre anduvo entre discos de Miles Davis, Art Pepper, Scofield, Mike Stern, Dexter Gordon, Larry Carlton, Screamming Headless Torsos, Charlie Parker, Pat Martino, Chet Baker, Django, Sex Pistols, Bad Religion, etc. Pero también en las noches acampa Friedrich Nietzsche , Wittgeistein, Russell, Sartre, Ortega, etc. organizándose veladas, similares a la última viñeta de cada uno de las historias de Asterix y Obelix.

Al mismo tiempo Fernando tiene la suerte de mantener relaciones de endorser con las siguientes marcas: Bose, Ibanez, Heritage, Koch, Supro, Pigtronix, Beyerdynamic, Chopper Monster, Sigma Acustic . Esto es un resumen de lo que ha hecho Fer en este tiempo, como el futuro no se ve, mejor vamos a quedarnos con lo que ha hecho, no sea que lo que venga no se pueda describir y por tanto debamos callar.”