“El hombre no tolera lo absoluto”: Hace unos pocos días murió Julio Anguita, me supone un pesar ya que pasar a ser difunto es un proceso que siempre me supone un oscuro sentir. Su figura me acompañó desde pequeño, inicialmente por condición familiar y posteriormente por voluntad propia. En todo el tiempo que le escuché, que le leí siempre me mostró una coherencia inmaculada, que podría servir de ejemplo al resto, es decir: lo que decía coincidía con su conducta, con su praxis. Parece ser que esa sensación que me alcanzaba cada vez que le leía, o leía algo que escribían sobre él, no solo me envolvía a mí, sino que era un sentimiento común para la mayoría. ¡Pero claro!, el ser humano no puede permitir la belleza, el arte de la congruencia, una vida entera por y para que las palabras tengan su sustento en los actos, había que “grafitear” esa escultura con frases como: "pues mientras que muchas personas no podían despedirse de sus seres queridos, a Julio Anguita se le hizo un entierro", y todos los comentarios que se deriven de ello, aunque él ya no tenga que ver, la injuria alcanza su halo. Y yo me pregunto, ¿y si no le se hubiese hecho un acto de despedida nadie hubiese dicho “cómo no se va a decir adiós a Julio Anguita con lo que representaba” ?, lo único que cambaría sería el estilo del graffiti de la escultura. Por tanto, qué más da cómo haya sido la despedida, qué más da que muchos empiecen sus frases con “yo no comulgaba con sus ideas, pero demostró ser una persona coherente … y bla bla bla”, y qué más da que no coincidiese con tus ideas, ¡qué tendrán que ver tus ideas y las mías cuando se trata de cómo alguien ha esculpido su propia vida!, y lo más importante, ¡qué tendrán que ver nuestras ideas ante alguien que ha hecho de las hazañas más heroicas en una biografía: llenar de contenido práctico las palabras las cuales acaban siendo sangre. ¡AH! ¡Qué lejos estamos!, siempre rodeado de mediocres sofistas que desvirtúan las palabras y les arrancan la verdad, haciendo que la verosimilitud sea la nueva certeza, ¿y los actos? para los románticos, para “aquellos que ya no quedan”, para los anticuados, para los que viven en otro siglo, para los que las palabras son actos y los actos son palabras, para los pobres de modernidad. El hombre no es capaz de observar y valorar la belleza de una vida hecho escultura apolínea, necesita romperla, mancharla, desvirtuarla, aunque sea en el último instante, en el adiós, ya que si fuese capaz tendría que reconocer que su propia vida está enferma, cercana a las bestias y no a la excelencia, en otras palabras, el hombre no tolera lo absoluto, no tolera lo humano, no tolera el ejemplo.

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fergiron.com | Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.Fernando Girón
“Fernando Girón es un músico en alguna medida dentro de su cabeza. Esta disciplina convive con la inquietud de tantas cosas que acaba siendo el Krakatoa antes de su erupción. Un día se puede levantar queriendo escribir una obra de teatro, y después de comer pretende regrabar el disco “Meet the Rhythmn section” de Art Pepper.
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